Los encuentros entre Osasuna Magna Xota y Barça son siempre sinónimo del mejor fútbol sala. Ocasiones, paradas, goles... un duelo especial que no iba a ser menos en la Jornada 8 de la Primera RFEF Futsal.

Con el pitido inicial, el plantel de Imanol Arregui salió más incisivo y suya fue la primera oportunidad con un chut de Tony que obligó a Didac a intervenir desde el suelo. La acción, replicada instantes después por un golpeo de Ferrao, despertó al cuadro catalán, que comenzó a acumular ocasiones en las botas del astro brasileño y de Ximbinha, autor de un taconazo que Asier desbarató con maestría.

El paso de los minutos benefició aún más a los de Andreu Plaza. Y ahí, en un intercambio de golpes frenético y digno de admirar, el Barça impuso su calidad en ataque para conseguir dos goles antes del descanso. Esquerdinha firmó el primero de ellos con un hábil regate en el uno contra uno ante Asier. Lozano, tras un excelente pase (y jugada) de Matheus, duplicó la ventaja en el 17' con un fuerte disparo dentro del área.

El segundo tiempo, eléctrico de principio a fin, continuó con la misma tónica y volvió a dibujar innumerables ocasiones para los dos equipos. Esquerdinha, con un golpeo seco, fue el primero en probar fortuna tras la vuelta de vestuarios, pero Asier, protagonista junto a Didac de excelentes paradas a lo largo del partido, repelió la acción. 

Con el partido encarando los últimos minutos, el Osasuna Magna, que instantes antes se había encontrado con el palo en una intentona de Dani Zurdo, pasó a jugar con portero-jugador en busca de un gol que les metiese en el partido. El resultado, no obstante, provocó el tercer tanto de los blaugranas, quienes aprovecharon la falta de portero para, a través de Didac, instaurar el 3-0 en el luminoso con un chut que ensalzó todavía más al meta catalán.

El choque, precioso para el aficionado por la cantidad de ocasiones, presentó un cierre de auténtica locura que evidenció el pundonor del conjunto local. Los de Irutzun remaron contra corriente para anotar dos goles en una exhibición personal de Mancuso, un auténtico quebradero de cabeza para la defensa culé. El brasileño hizo soñar al Osasuna Magna con dos disparos sobresalientes que a punto estuvieron de conseguir la igualada, pero el Barça, paciente y ordenado atrás, supo aprovecharse de la ansiedad "rojilla" para sentenciar el choque a falta de escasos segundos de la conclusión. Lozano, con un envío desde su propio campo, fue el encargado de cerrar el partido con el 2-4 definitivo.

Foto: Departamento de Comunicación del Barça.

FICHA TÉCNICA